Su práctica permite aprender a solucionar problemas y aprender a afrontar situaciones nuevas, al mismo tiempo de desarrollar creatividad y habilidades intelectuales; en suma, aprende a actuar en forma inteligente y responsable en la realidad concreta.

La pregunta parece describir los beneficios de practicar la resolución de problemas en cualquier ámbito. Este tipo de habilidad se puede adquirir mediante diversas técnicas y estrategias, como el uso de técnicas de pensamiento crítico y creativo, la aplicación de los conceptos y fórmulas relevante, y la realización de cálculos con precisión paso a paso.<br><br>Por ejemplo, en un problema matemático, se podría utilizar una fórmula o ecuación para representar el problema, luego se realizarían los cálculos necesarios de forma metódica y precisa, y finalmente se interpretaría la respuesta para asegurarse de que tiene sentido en el contexto del problema. Este proceso ayudaría a desarrollar la capacidad para pensar de forma lógica y estructurada, así como para afrontar nuevos problemas y situaciones con confianza.<br><br>En resumen, el valor de aprender a resolver problemas radica en el desarrollo de habilidades intelectuales, la habilidad para manejar nuevas situaciones y la capacidad para actuar de manera inteligente y responsable en la vida real. La clave para lograrlo es la práctica constante y reflexiva, que permita identificar y superar los propios errores y limitaciones.