•Explicaciones resumidas que sustenten la corrosión, cómo y por qué es importante prevenirla, y el compromiso por un consumo responsable de los recursos y el cuidado del ambiente. •¿Cómo hacemos para proponer una solución tecnológica para el cuidado responsable de los recursos y del ambiente con los materiales que sufren corrosión en nuestro entorno?

La corrosión se define como el deterioro de un material a consecuencia de un ataque electroquímico por su entorno. Los materiales más susceptibles a la corrosión son los metales como el hierro, acero, aluminio, cobre y bronce. La corrosión puede suceder por medio de una reacción electroquímica donde intervienen tres factores: la pieza manufacturada, el ambiente y el agua.<br><br>Prevenir la corrosión es importante para conservar nuestros recursos naturales, ya que la reparación o reemplazo de piezas corroídas puede resultar costoso en términos de energía y materias primas. Además, la corrosión puede causar fallos estructurales en edificios, puentes y otros elementos, con el consiguiente riesgo para la seguridad.<br><br>Una de las formas más efectivas de prevenir la corrosión es mediante un consumo responsable de los recursos naturales. Esto implica separar metales reciclables -como hierro, acero, aluminio, cobre, bronce, latón y plomo- de aquellos que no se pueden reutilizar, como los envases que han contenido pintura o productos tóxicos. Al reciclar estos metales, podemos evitar extraer más recursos de la naturaleza y al mismo tiempo reducir la cantidad de residuos que terminan en los vertederos.<br><br>Para prevenir la corrosión en metales, algunas soluciones tecnológicas son utilizar acero inoxidable en lugar de acero normal, recubrir el acero normal con zinc o plásticos especiales, o pintar el acero normal con pinturas especiales. Además, podemos proteger el acero con ánodos de zinc, una técnica conocida como protección catódica.<br><br>Por otra parte, como sociedad podemos comprometernos a un consumo más responsable y al cuidado del medio ambiente, optando por productos reciclados o reciclables, y minimizando nuestro consumo energético. Un ejemplo de esto puede ser utilizar objetos hechos con latas de aluminio recicladas, como lámparas o adornos navideños.<br><br>En conclusión, la corrosión es un fenómeno natural que podemos prevenir o minimizar mediante un consumo responsable de los recursos y el cuidado del ambiente. Al hacerlo, no solo protegeremos nuestros recursos naturales, sino también ahorraremos energía y reduciremos el riesgo de fallos estructurales causados por la corrosión.